El teatro como género literario

De todos los géneros literarios, el teatro reúne una serie de características que lo diferencian del resto. Una obra teatral puede ser como cualquiera de los otros géneros, pero en su esencia es  representado.

En la narrativa, el ensayo y la poesía las palabras son su elemento fundamental, mientras que en el teatro forman parte de una totalidad. Por ende, en el teatro, el vocablo debe interpretarse por los actores mediante elementos fonéticos e histriónicos.

 

Características del teatro

Cuando se lee una obra de teatro se trata de un ejercicio incompleto, aunque sea de mucha validez para su estudio y la imaginación. El solo hecho de prescindir de elementos tan importantes como las actuaciones, la escenografía y la iluminación, entre otros, le resta fuerza expresiva. A continuación, te presentaremos algunas de sus características básicas:

  • La combinación del código verbal y de códigos no verbales, sobre todo audiovisuales.
  • En su representación es la acción misma la encargada de describir y narrar.
  • Debe captarse desde un principio toda la atención del público.
  • El argumento se desarrolla mediante la acción.
  • El diálogo es el elemento fundamental para establecer el carácter de los personajes y el tema que se representa.
  • El tiempo en que se desarrolla la obra es limitado y sin demoras e interrupciones innecesarias.

Al ser dramatización de la palabra escrita, el teatro exige una serie de condiciones muy específicas para que esa palabra sea lo más expresiva posible. Cuando solo se lee la obra de teatro, es el lector quien debe poner su mayor carga de imaginación para sentir la intensidad del drama.

 

Textos que conforman la obra de teatro

Cuando se analiza una obra de teatro deben distinguirse dos tipos de textos, el primario y el secundario. El primario se refiere a lo que se habla en la obra y es con lo cual se desarrolla la acción de la misma, mientras que el secundario es de tipo técnico, sirven de guía los actores y directores.

El texto primario está conformado por los siguientes aspectos:

  • Diálogos entre los personajes, a su vez son el fundamento del texto.
  • Soliloquios o monólogos, mediante ellos los personajes expresan sus pensamientos en voz alta.
  • Acotaciones o referencias habladas, estas se refieren a lo que los personajes expresan para referirse a hechos o acciones que han precedido al drama que se está desarrollando.
  • También incluye aportes con los que dos o más personajes se comunican entre sí, sin que sean escuchados por otros.

En el texto teatral el lenguaje secundario es fácil de reconocer porque suele escribirse entre paréntesis y letra cursiva. Son indicaciones muy precisas que corresponden a la dirección y a los actores, que en algunos casos pueden ser variadas si así lo considera el director.

Un director actual, puede permitirse algunas variaciones o acotaciones de su propia creatividad en la interpretación de una obra de teatro de Lope de Vega o Shakespeare, en beneficio de una mejor representación.

 

Estructura de la obra de teatro

La crítica y análisis del género dramático o teatral se compone de dos estructuras: la interna y la externa. A su vez, cada una de ellas está conformada por varios elementos o partes, por ejemplo, la interna está compuesta por:

  • Presentación o situación en que se encuentra él o los protagonistas.
  • La intención o el propósito de los protagonistas, cabe destacar que pueden llegar a ser antagónicos, según el tema de la obra. Presentación del asunto que genera el conflicto o nudo de la trama.
  • Desarrollo del problema y su desenlace.

Por su parte la estructura externa está conformada por:

  • El título de la obra y en algunos casos el subtítulo.
  • Relación y características de los personajes que intervienen en la obra.
  • Indicaciones o acotaciones que hace el autor para la puesta en escena.
  • Jornadas o actos que a su vez están compuestos por una serie de escenas.

Tanto de una u otra parte, los elementos que las conforman son los elementos que aportan detalles que contribuyen a la fuerza expresiva que el autor desea imprimirle a su obra. Cuando solamente se lee la obra de teatro, el lector encuentra en esos elementos las pistas y claves que le ayudan a imaginarla y comprenderla.

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