La fábula y sus características

La fábula es uno de los subgéneros de la narrativa más difundidos por su carácter popular. Por su contenido y su propósito guarda una relación muy estrecha con los intereses y valores de la sociedad en general.

Su antigüedad data de los días de la antigua Mesopotamia y de la Grecia clásica. Aunque su forma de transmisión más frecuente es la oral, ha sido escrita por autores de reconocimiento universal como Esopo del siglo VI a.c.

 

Estructura de la fábula

Por su intención didáctica, moralizante y pedagógica, su estructura es muy sencilla y de poca extensión. La narración es lineal y en tercera persona, y sus protagonistas suelen ser animales.

  • Comienzo o situación inicial: Es en un ambiente y en un tiempo determinado que son presentados los personajes y los rasgos que los definen.
  • Conflicto o complicación: Se desarrolla la trama en una situación conflictiva o con un problema ético o moral. Ese conflicto se deriva de la acción de uno de los personajes y conduce a un reto o a una disyuntiva.
  • Resolución o desenlace: Puede ser de feliz o infeliz término, según la elección que tomen algunos de los personajes en el conflicto.
  • Moraleja: Ese es el objetivo de la enseñanza que contiene la fábula. No se trata de una interpretación de cada lector sino de la intención explícita del autor.

Los elementos de su estructura son también parte esencial de sus características, pero a ella deben añadirse algunas más que también la definen y la han hecho tan popular en todas las épocas y desde su origen.

 

Características de la fábula

No por tratarse de relatos sencillos y breves, significa que no encierre en su desarrollo características que le son muy propias. Y, de ninguna manera, debe confundirse con otros subgéneros parecidos de intención didáctica, como es el apólogo, el sermón y la parábola.

  1. Puede estar escrita en verso o en prosa: algunos autores han preferido redactarlas en versos para aprovechar los beneficios de la rima para memorizar.
  2. Sus personajes: pueden ser dioses u otras figuras míticas e incluso objetos humanizados. Los de mayor uso por su popularidad suelen ser animales, por ejemplo, el zorro, del cual se puede destacar su astucia.
  3. El arquetipo de los personajes: vale decir que son modelos o imagen representativa de algún defecto moral, así como también un dechado de virtudes y ejemplo a seguir.
  4. Sirve para relatar algún acontecimiento conflictivo mediante una historia o con un diálogo.
  5. Aunque el relato se ubique en un lugar y en un tiempo determinado su enseñanza o moraleja es atemporal, o sea se mantiene en el tiempo, sirve para toda época.
  6. El tema de la fábula es alertar o condenar actitudes antisociales, los vicios y las conductas inapropiadas como el orgullo, la codicia y la envidia, entre otras.
  7. Aunque en la mayoría de los casos la moraleja va al final, algunos autores la exponen al principio como para inducir al lector a interesarse más por el relato.

La fábula como otros géneros y subgéneros narrativos tiene diferentes tipos, aunque siempre se mantiene en los límites de lo que la caracteriza. Depende de los autores o de la tradición popular que mantiene su tipo narrativo.

 

Los tipos de fábula

Por la naturaleza del tema y por los personajes, a la fábula se le clasifica en los siguientes tipos:

  • Mitológicas: son protagonizadas por seres míticos o dioses.
  • Agonales: se les denomina así porque representan la confrontación entre dos personajes que encarnan conductas opuestas.
  • Etiológicas: se basan en acontecimientos históricos para destacar una conducta digna de ser imitada.
  • De animales: en ellas se les atribuyen características de los seres humanos a ciertos animales.
  • De cosas u objetos inanimados: tal como sucede con los animales, a algunos objetos se les asignan cualidades humanas.
  • Del reino vegetal: sus protagonistas en muchos casos son árboles y con las mismas peculiaridades de las dos anteriores.

La fábula perdura a través de la historia con sus diferentes tipos por su capacidad de captar la atención del lector o del oyente, por su intención y por su brevedad. Por eso es muy utilizada en el proceso de aprendizaje formal de los niños o por la dramatización de los llamados cuentacuentos.

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